Blog
It's Christmas, and I Want to Give You a Gift
For a long time, I was a secret "Grinch." I was annoyed by the repetition: Another year of carols, I would tell myself, the cheesy clothes, the same old Christmas plays, a whole month where people try too hard to be "good." At one point, all of this brought me great joy; I was excited about the parties, the theater, I even did set design—I always loved that part. But one day I noticed it had lost its flavor. I don’t recall exactly when the weariness set in, I just know that one day I told myself: “I’m not interested in hope, I’m not interested in December, this is for others, not for me.” Can you read the bitterness and maybe the pain in that sentence? You wouldn’t be wrong.
A Chapter of My Life… and the Sea 🌊
I know this isn’t written in perfect order. I chose to share this photo because I remember feeling so happy, so hopeful. I’d come out of the water ecstatic, with that kind of extreme joy that only comes after swimming for at least an hour in winter temperatures. I truly loved it.
During that time, I was battling depression. I had chosen to distance myself from friendships and beliefs that had been my safe space for many years. I was questioning everything again—but this time, I jumped into the void. I was thirsty for life. And even though I’m still just as curious, I’m not the same person anymore.
“Confessions to My Two-Wheeled Love”
10 Minutes
Learning to Walk Again, Learning to Believe Again
let’s star the game.
I’ve been slowing down with every step I take. Since I learned to walk again, the first thing I felt was fear… that fear born from a fracture I caused myself out of carelessness. There’s no way to soften it: that moment changed the trajectory of my life. 🫀✨
10 minutos
Hay momentos en que sentimos que no podemos más. El cuerpo se siente pesado, la mente está nublada y el alma... silenciosa. A veces, no sabemos por dónde empezar, y en esos momentos, yo vuelvo a una práctica que me ha salvado más de una vez: moverme por 10 minutos.
No soy atleta: 10 tips para empezar
caminar (o pedalear) hacia una vida más activa"
Si has llegado hasta aquí y te tomas el tiempo de leerme y explorar entre mis páginas, te darás cuenta de que, con el tiempo, hablo del mismo tema bajo diferentes títulos o diseños. Este, creo, viene siendo el número uno: “Empezar, ¿cómo empezar?”. Nos detenemos ante todo, y es natural. Sin embargo, es lo más peligroso escuchar al miedo. ¿Por qué hacemos eso? De forma consciente, buscamos no lastimarnos, pero de manera inconsciente nos decimos mentiras basadas en la ignorancia.
Empezaré con la pregunta más básica: ¿Por qué no nos damos tiempo para cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente?
Sí, crecimos estresados en nuestra infancia, creyendo que eso era normal. De repente, somos adultos: pagamos cuentas, vivimos vidas sedentarias y vemos las enfermedades y los dolores como algo normal de la edad. Nos venden medicinas que no resuelven el problema de raíz. Estamos como estamos por un conjunto de decisiones. En tu silencio, cuando te regalas ese tiempo, ¿te preguntas: "¿Quiero vivir así realmente?"
🚴♂️ Un poco de ser ciclista
El ciclismo es solo un deporte que más disfruto que gracias a mi papá puedo prácticar, de hecho todo lo que puedo hacer y no tener miedo de intentar es por él. Desafortunadamente la historia que me contaba era una de solo trabajar y no me di tiempo para cultivarla. Aún cuando crecí con actividad física por algún motivo nunca me vi haciendolo de forma constante, siempre lo vi para otras personas.
¿Aguas Abiertas?
Estoy en un café esperando entregar una venta, muy emocionada porque por fin decidí ir a nadar con el grupo de Aguas Abiertas, a pesar del malestar en la garganta que me había detenido. Me armé de valor de manera consciente, considerando las posibles consecuencias.
¿Adversidad o Camino?
¿Adversidad o Camino?
Me repito constantemente, como si estuviera perdida. Los últimos meses no han sido fáciles, especialmente las últimas semanas, cuando mi mente intenta atraparme en sus viejos diálogos. Me recrimino, me juzgo y, a veces, me paralizo por el dolor. Es natural. Me digo: "Katy, todo cambia y no estás cruzada de brazos ante tu propia vida". Estoy haciendo preguntas, incomodando, leyendo, mirándome al espejo porque sé que la respuesta está en mí, y todo es para bien.
Zona de confort
Quizás te sientes triste, alegre o simplemente estás tomando una pausa en medio de tu día. No tengo la menor idea, pero lo que quiero decirte es que vale la pena salir de la zona de confort. La incomodidad que sentimos al hacer ejercicio o al atrevernos a pedir o preguntar es, en esencia, salir de ese espacio donde nos sentimos tranquilos y seguros. Definitivamente, la seguridad y la tranquilidad son vitales, pero si no tenemos cuidado, podemos caer en la trampa de la monotonía, lo que no beneficia ni a nuestro cerebro ni a nuestro cuerpo. Por eso, en este espacio te compartiré enlaces a libros y videos de YouTube que abordan este tema. No me creas ciegamente: investiga, porque tu vida depende de ello.
NEWSLETTER Rideaholics Anonymous